domingo, 7 de marzo de 2010

28 DE MARZO DE 2010. Lc 22,14-23, 56

Lc 22,14-23 La eucaristía anuncio de la traición.

La denominación los apóstoles o enviados (= 22,11: “los discípulos”), pone a la eucaristía bajo el signo de la misión: el compromiso que ella supone será el que los capacite para llevarla a cabo. Vivo deseo (15), en relación con el de completar su obra (12,50) y con el hambre en el desierto (4,2). En esta cena Jesús va a dejar el alimento de su comunidad para el futuro (cf. 11,3; 12,37).

La Pascua, el éxodo liberador (cf. 9,31), no es sólo para Israel, sino para la humanidad entera: no tendrá plena realidad hasta que los paganos reciban el mensaje (16: el reino de Dios; cf. 9,27; 13,28s; 21,31).

Lc difiere de Mt y Mc por colocar una copa antes del pan. Jesús acepta la copa (17): se adivina la figura del Padre que le ofrece su pasión y muerte (cf. 22,42) como expresión de la entrega total por amor a la humanidad. Esta copa/amor es un don del Padre a Jesús y a todos los hombres; da gracias al Padre por ese amor, que es en él una realidad (3,22: el Espíritu) e invita a los discípulos a aceptarlo, comprometiéndose a una entrega como la suya (9,24).

El producto de la vid (18), alusión a la parábola de los viñadores (20,9-19); el reinado de Dios, inaugurado con la entrada de los paganos (20,16: “dará la viña a otros”); la calidad de amor expresada por la copa (5,37s: el vino nuevo) se hará realidad cuando se extienda la misión a la humanidad entera (cf. Hch 1,8). La aceptación de la copa renueva el compromiso de Jesús en su bautismo (3,21-23; cf. 12,50); su aceptación por los discípulos implica el mismo compromiso y la recepción del Espíritu.

Una vez confirmado su compromiso, Jesús se entrega como modelo de vida y para comunicar vida (el pan) a los que han hecho el mismo compromiso sin miedo a la muerte (la copa). Por propia iniciativa coge un pan (19), don de Dios creador (acción de gracias). Este pan, que lo representa a él mismo, es el don máximo de Dios: el Hombre-Dios en quien culmina la creación.

Las palabras que explican el significado del pan son las de Mc 14,22. El cuerpo = la persona en su identidad reconocible, presencia y actividad. El pan/cuerpo dado a los discípulos lleva consigo el don del Espíritu, respuesta de Jesús a los que han hecho un compromiso semejante al suyo. Lc no menciona que los apóstoles beban de la copa o coman el pan. La respuesta a la invitación de Jesús tendrán que darla con su propia vida.

De este análisis se desprende que los vv. 19-20: “que se entrega por vosotros; haced lo mismo en memoria mía. Después de cenar hizo igual con la copa diciendo: “Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros”, son una interpolación inspirada en 1 Cor 11,24b-25. De hecho, están ausentes en el cod. Beza y en algunas versiones occidentales, la lengua presenta rasgos no lucanos y el significado de la segunda copa no podría ser distinto del de la primera, la aceptación por parte del discípulo de la entrega de Jesús y de la suya propia. Además, el texto breve explica la denominación “la fracción del pan” usada por Lc para la eucaristía (Hch 2,42-46; 20,7.11) sin alusión a la copa.
Mención del traidor (21s), vse. Mc 14,18-21. Perplejidad de los discípulos.

Lc 22,39-46. Oración de Jesús en el Monte de los Olivos.

El lugar era habitualmente frecuentado por Jesús (39s); éste no se oculta para evitar su prendimiento. Invita a los discípulos a renunciar a su proyecto mesiánico nacionalista (40: la tentación). La petición a Dios les haría comprender el designio divino. Lc recalca la oración de Jesús en los momentos decisivos de su vida (cf. 3,21; 5,16; 6,12; 9,18-28s; 11,1). Orar de rodillas, cf. 1 Re 8,54; Esd 9,5; Dn 6,11).

Como Jesús pone el designio del Padre por encima de cualquier designio propio (42), ellos deberán aceptar el destino del Hombre (9,22.44; 18,31-33), renunciando a la ideal del Mesías que se han forjado. El trago (42), lit. “la copa” (cf. Sal 11,6; 16,5; 23,5), conexión con 22,17s. Ésa es la copa que el Padre le ofrecía y que los Doce deberían repartir entre ellos.

Los vv. 43-44: “Se le apareció un ángel del cielo, que lo animaba. Al entrarle la angustia se puso a orar con más insistencia; le chorreaba hasta el suelo un sudor parecido a goterones de sangre”, no son originales de Lc, sino una inserción, aunque el texto es muy antiguo. Subraya la dureza de la lucha interior de Jesús.Los discípulos no han hecho caso de la recomendación de Jesús (cf. 9,32); se prepara la defección (45s).

Lc 22,47-53. Traición y prendimiento.

Lc 23,1-7 Ante Pilato.

Lc 23,26-49. Crucifixión y muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario