viernes, 29 de octubre de 2010

DOMINGO 28 DE NOVIEMBRE DEL 2010. Mt 24,37-44.

[37]La llegada del Hijo del Hombre será como en tiempos de Noé:[38]en [aquellos] días anteriores al diluvio la gente comía y bebía y se casaban, hasta que Noé se metió en el arca.[39]Y ellos no se enteraron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Así será la llegada del Hijo del Hombre.[40]Estarán dos hombres en un campo: a uno se lo llevarán, al otro lo dejarán;[41]dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán, a la otra la dejarán.[42]Así pues, velad, porque no sabéis el día que llegará vuestro Señor.[43]Y sabéis que, si el amo de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría velando para que su casa no fuese asaltada.[44]Por tanto, estad preparados, porque este Hombre llegará cuando menos penséis.

EXPLICACIÓN.

Explica "la llegada" (v.30) (37-41): inesperada para la sociedad como un todo, que sólo piensa en asegurar la continuidad de la vida (comer y beber, casarse) (37-41). Para los discípulos, vigilancia (42-44): Mantenerse despierto indica solidaridad e identificación con la muerte de Jesús (cf. 26,38.40.41): siempre preparados (44) para la hora de la persecución, dispuestos a dar la vida (cf. v.13).

DOMINGO 21 DE NOVIEMBRE DEL 2010, Lc 23,35-43.

[35]El pueblo estaba mirando y los jefes se burlaban de él diciendo: ---Ha salvado a otros, que se salve a sí mismo, si es el Mesías, el predilecto de Dios.[36]También los soldados se burlaban de él. Se acercaban a ofrecerle vinagre[37]y le decían: ---Si eres el rey de los judíos, sálvate.[38]Encima de él había una inscripción que decía: Éste es el rey de los judíos.[39]Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: ---¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros.[40]Pero el otro lo reprendió diciendo: ---¿No tienes temor de Dios, tú, que sufres la misma pena?[41]Lo nuestro es justo, recibimos la paga de nuestros delitos; éste, en cambio, no ha cometido ningún crimen.[42]Y añadió: ---Jesús, cuando llegues a tu reino acuérdate de mí.[43]Jesús le contestó: ---Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.

EXPLICACIÓN.

Tres reacciones negativas: a) el pueblo (diverso de la "muchedumbre del pueblo" de v.27), Israel, curiosidad burlona, como los mirones de 14,29. b) Los jefes, a su vez, ironizan (cf. 4,23: "Médico, cúrate tú"); no pueden concebir a un Mesías que muera ni a un Elegido (Is 42,1) al que Dios abandone (35): mantienen la idea del mesianismo triunfal. c) También lo soldados se burlan (36): los ejecutores de la violencia del poder romano no pueden comprender a un rey que no hace nada por defenderse (37); el vinagre, símbolo de odio (Sal 69,22). También el letrero indica la irrisión (38: éste, colocado en el texto griego al final de la frase, despectivo).

Reacción de los malhechores: Uno sigue el ejemplo de los dirigentes y los soldados: la impotencia de Jesús para salvarlos de la muerte muestra la falsedad de su pretensión mesiánica (39); en todas las burlas, la idea de salvación es la de escapar de la muerte física (cf. 9,24). El otro increpa a su compañero: aunque el suplicio sea el mismo, no va a serlo la setencia divina que se aproxima (40). Se confiesa culpable y reconoce a Jesús inocente (41). La respuesta de Jesús sobrepasa toda su esperanza (42s): no un día indeterminado, sino hoy (cf. 2,11; 4,21; 5,26; 19,5.9); no sólo se acordará de él, sino que participará de su reino. El paraíso: el mundo futuro no está relegado al final de la historia; se inaugura con la muerte de Jesús.

DOMINGO 14 DE NOVIEMBRE DEL 2010; Lc 21,5-19.

[5]A unos que ponderaban los hermosos sillares del templo y la belleza de su ornamentación les dijo:[6]---Llegará un día en que todo lo que contempláis lo derribarán sin dejar piedra sobre piedra.[7]Le preguntaron: ---Maestro, ¿cuándo sucederá eso y cuál es la señal de que está para suceder?[8]Respondió: ---¡Atención, no os dejéis engañar! Pues muchos se presentarán en mi nombre diciendo: Yo soy; ha llegado la hora. No vayáis tras ellos.[9]Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no tengáis pánico. Primero ha de suceder todo eso; pero el fin no llega enseguida.[10]Entonces les dijo: ---Se alzará pueblo contra pueblo, reino contra reino;[11]habrá grandes terremotos, en diversas regiones habrá hambres y pestes, y en el cielo señales grandes y terribles.[12]Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, os llevarán a las sinagogas y las cárceles, os conducirán ante reyes y magistrados a causa de mi nombre,[13]dándoos oportunidad de dar testimonio de mí.[14]Haced resolución de no preparar la defensa;[15]yo os daré una elocuencia y una prudencia que ningún adversario podrá resistir ni refutar.[16]Hasta vuestros padres y hermanos, parientes y amigos os entregarán y darán muerte a algunos de vosotros;[17]y todos os odiarán por mi nombre.[18]Sin embargo no se perderá ni un pelo de vuestra cabeza.[19]Con vuestra constancia ganaréis vuestras vidas.

EXPLICACIÓN.

En Lc, la predicación de Jesús y su discurso sobre el futuro de Jerusalén y del templo y sobre el reinado de Dios en la historia se pronuncian dentro del templo y se dirigen a los que escuchaban su enseñanza (cf. Mt 24; Mc 13).

(5s) A la admiración por la belleza del templo responde Jesús con la predicción de su ruina (cf. 19,41-44: lamento sobre Jerusalén).

(7) La pregunta siguiente no manifiesta sorpresa; de hecho, se pensaba que estaba próximo el cumplimiento de la profecía de las setenta semanas (Dn 9,24-27), y que el momento de máxima ruina señalaría el comienzo de la restauración de Israel y la derrota de los paganos (Dn 7,27). La pregunta es doble: quieren saber el momento en que tendrá lugar el desastre y, en segundo lugar, cuál será la señal que anuncie la inversión del curso de los acontecimientos y la restauración.

(8-19) Comienza el discurso previniendo contra un engaño: el desastre no anuncia restauración: el presupuesto de la pregunta es falso. De hecho, dentro del grupo judeocreyente muchos simularán espíritu de profecía: atribuirán a Jesús el papel de restaurador de Israel (Yo soy: el Mesías nacionalista) y anunciarán la inminencia de su intervención (el momento está cerca) (8).

Sin embargo, los acontecimientos guerreros no anunciarán el fin de la opresión ni la inmediata restauración mesiánica (9). Habrá guerra y desastres (10s). Pero, lo mismo que el rechazo de "el Hombre" había de preceder a la destrucción de Jerusalén, también los discípulos serán perseguidos de parte de poderes judíos y paganos. Esto los confirmará en la verdad de su postura (cf. 6,22) (12s).

No preparar ninguna defensa, lo que equivaldría a reconocer la legitimidad del tribunal, sino esperar las palabras eficaces que se les inspiren (14s, cf. 12,11s). Serán sus connacionales judíos los que más se ensañen con ellos, pues el mensaje universalista del Reino anula el privilegio de Israel (16s). Confianza (cf. 12,7) (18). Lo importante es no cejar ante esa oposición a muerte por parte de la sociedad. La constancia garantiza la vida, como producía el fruto (8,15) (19).

DOMINGO 7 DE NOVIEMBRE DEL 2010; Lc 20.27-38.

[27]Se acercaron entonces unos saduceos, los que niegan la resurrección, y le preguntaron:[28]---Maestro, Moisés nos ordenó que si un hombre casado muere sin hijos, su hermano se case con la viuda, para dar descendencia al hermano difunto.[29]Pues bien, eran siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar hijos.[30]Lo mismo el segundo[31]y el tercero se casaron con ella; igual los siete, que murieron sin dejar hijos.[32]Después murió la mujer.[33]Cuando resuciten, ¿de quién será esposa la mujer? Porque los siete fueron maridos suyos.[34]Jesús les respondió: ---Los que viven en este mundo toman marido o mujer.[35]Pero los que sean dignos de la vida futura y de la resurrección de la muerte no tomarán marido ni mujer;[36]porque ya no pueden morir y son como ángeles; y, habiendo resucitado, son hijos de Dios.[37]Y que los muertos resucitan lo indica también Moisés, en lo de la zarza, cuando llama al Señor Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob.[38]No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven.

EXPLICACIÓN.

Los círculos del poder económico y religioso (saduceos: sumos sacerdotes y senadores) aparecen como radicalmente materialistas. No esperando otra vida, su objetivo es pasar la presente en posición de privilegio, sin detenerse ante la explotación del pueblo (19,46: "cueva de bandidos").