viernes, 29 de octubre de 2010

DOMINGO 7 DE NOVIEMBRE DEL 2010; Lc 20.27-38.

[27]Se acercaron entonces unos saduceos, los que niegan la resurrección, y le preguntaron:[28]---Maestro, Moisés nos ordenó que si un hombre casado muere sin hijos, su hermano se case con la viuda, para dar descendencia al hermano difunto.[29]Pues bien, eran siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar hijos.[30]Lo mismo el segundo[31]y el tercero se casaron con ella; igual los siete, que murieron sin dejar hijos.[32]Después murió la mujer.[33]Cuando resuciten, ¿de quién será esposa la mujer? Porque los siete fueron maridos suyos.[34]Jesús les respondió: ---Los que viven en este mundo toman marido o mujer.[35]Pero los que sean dignos de la vida futura y de la resurrección de la muerte no tomarán marido ni mujer;[36]porque ya no pueden morir y son como ángeles; y, habiendo resucitado, son hijos de Dios.[37]Y que los muertos resucitan lo indica también Moisés, en lo de la zarza, cuando llama al Señor Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob.[38]No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven.

EXPLICACIÓN.

Los círculos del poder económico y religioso (saduceos: sumos sacerdotes y senadores) aparecen como radicalmente materialistas. No esperando otra vida, su objetivo es pasar la presente en posición de privilegio, sin detenerse ante la explotación del pueblo (19,46: "cueva de bandidos").

No hay comentarios:

Publicar un comentario