jueves, 27 de mayo de 2010

Domingo 13 de junio del 2010: Lc 7,36-8,3

El fariseo y la pecadora. 36-50. Tema principal: la fe y el perdón (48-50). Esta figura femenina está así en paraleo con la masculina del paralítico (5,20). La figura de Simón, fariseo (49), lo está con la de los fariseos y letrados de 5,21. Enlaza también la escena con 7,34, donde se enuncia la acusación hecha a Jesús de ser amigo de "pecadores"; remite así a la comida de Jesús con ellos, después de la llamada de Leví (5,29: gran banquete, señal de su agradecimiento; cf. 7,47).

Lc escenifica las respuestas positiva y negativa antes expuestas (7,29s) y la oposición entre "justo" y "pecador" (5,32). El perfume (37s), símbolo del amor. Simón llama a Jesús maestro (40), pero, a diferencia del pueblo (7,16), no lo reconoce por profeta (39). Desenlace de la parábola (42): Dios no es acreedor implacable, sino Padre que perdona. Agradecido (42): el arameo usa "amar" para indicar la reacción afectiva a un beneficio recibido ("agradecer").

Respuesta cauta de Simón (43), pero que no le deja escapatoria. Para ser liberado de los pecados hay que reconocerlos: el fariseo "justo" no se propone tal cuestión ni la presencia de Jesús lo hace reflexionar; frustra así el designio de Dios (7,30). Perdón de los pecados (cf. 5,20).

Reacción de sorpresa, pero no de hostilidad: se plantea la pregunta sobre la identidad de Jesús (cf. 7,19.20) (49). La fe/adhesíón a Jesús coloca en un estado de salvación (comunicación del Espíritu) (cf. 5,24s) (50). Relación de la escena con las acusaciones de 7,34: Jesús acepta la invitación y no aleja a la pecadora.

A´. Los dos grupos que acompañan a Jesús en la misión. 1-3. Continúa la actividad: difusión del mensaje hasta en las aldeas; también él: Jesús recorre la tierra como recorrió Abrahán la que Dios le prometía (Gn 13,17). Dos grupos: a) los Doce, discípulos procedentes del Israel institucional; b) las mujeres, que continúan la figura de la pecadora (7,36-50), como los recaudadores y descreídos continuaban la de Leví (5,27-29). Representan, pues, a los excluidos de la institución judía que siguen a Jesús. Curadas de malos espíritus y enfermedades (2), modos de indicar la condición de "pecador" (cf. 5,31s) y su total liberación.

Se citan los nombres de tres mujeres, como al principio se citaron los de tres discípulos (5,8-10). Ellas son primicias del nuevo grupo de seguidores. No solamente están con Jesús, como los Doce, sino que, en señal de agradecimiento (nuevo paralelo con la pecadora, 7,47), comparten con el grupo lo que poseen (3); el servicio es señal del verdadero seguimiento (cf. 5,39). Juana, nombre judío, casada con un no judío (caso de impureza que excluía de Israel).

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