martes, 28 de septiembre de 2010

DOMINGO 24 DE OCTUBRE DEL 2010; Lc 18, 9-14.

Dos maneras opuestas de orar (paralelo con 11,1-5). Sigue hablando a los discípulos (cf. 18,1), algunos de los cuales participan de la actitud farisea (cf. 16,15); el desprecio que éstos muestran por los demás es lo que provoca el escándalo (17,13a).

El fariseo no pide nada a Dios, como si no necesitase nada para sí. Está plenamente satisfecho de su condición presente (5,32: "los justos"; 7,30). Acción de gracias sólo aparente: monólogo de complacencia en sí mismo. Dios debería estarle agradecido por su fidelidad. Forma clase aparte (no como los demás); enumera los vicios de otros. Desprecio del recaudador. Sus prácticas religiosas, ayuno y diezmo, sin compromiso con el prójimo (11s).

Contraste con la figura del recaudador: su oración es una petición (cf. Sal 51), reconociendo su condición de pecador (13). El que cree que el amor de Dios se compra con el mérito de las obras, es rechazado por Dios; el que no siente necesidad de salvación, no puede recibirla. El que espera su rehabilitación del amor gratuito de Dios, la obtiene (14).

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