viernes, 4 de marzo de 2011

Domingo 20 de marzo del 2011. Mt 17,1-9

[1]Seis días más tarde llamó Jesús a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña elevada.[2]Delante de ellos se transfiguró: su rostro resplandeció como el sol, sus vestidos se volvieron blancos como la luz.[3]Se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.[4]Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: ---Señor, ¡qué bien se está aquí! Si te parece, armaré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.[5]Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa les hizo sombra y de la nube salió una voz que decía: ---Éste es mi Hijo querido, mi predilecto. Escuchadle.[6]Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces temblando de miedo.[7]Jesús se acercó, los tocó y les dijo: ---¡Levantaos, no temáis![8]Alzando la vista, no vieron más que a Jesús solo.[9]Mientras bajaban de la montaña, Jesús les ordenó: ---No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que este Hombre resucite de la muerte.


EXPLICACIÓN.

Esta escena pretende mostrar a los tres discípulos más destacados que el destino del Mesías antes enunciado (16,21) es "la idea de Dios" (16,23). Jesús les demuestra la realidad (16,21) es "la idea de Dios" (16,23). Jesús les demuestra la realidad y calidad de la vida que supera la muerte. Monte alto, manifestación divina excepcional; como el sol, (cf. 13,43); el blanco, color de la gloria divina. Moisés y Elías conversan con Jesús (3): alusión a Éx 34,35. El AT (Ley y Profetas), subordinado a Jesús, el Hombre, ha de interpretarse a partir de él. Propuesta de Pedro (4), que enlaza con la fiesta de las Chozas, de marcado carácter mesiánico nacionalista; pone a Moisés y Elías en el mismo plano de Jesús (tres tiendas): el Mesías debe integrarse en las categorías del AT. La nube (5), símbolo de la presencia divina (Éx 13,21; Nm 9,15; 2 Mac 2,8). La voz repite las palabras del bautismo (3,17) y señala la unicidad de Jesús; ningún personaje del AT puede compararse con él. Escuchadlo a él (cf. Dt 18,15). El AT queda relativizado. Miedo de los discípulos (cf. Dn 8,17) ante la teofanía (Is 6,5; Dn 10,15.19). Jesús los toca como a los enfermos y a los muertos (8,3.15; 9,25-29); están en la misma situación que el antiguo Israel. Comunicar la visión mal entendida (4) induciría al error sobre el mesianismo de Jesús (9).

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